El único recuerdo del cambio de uniforme es una foto de los futbolistas sobre el césped de Amute, una instantánea en la que destaca además que ocho de ellos lucen el gorro con borla inglés, nada raro en un club que nació del football importado por los mineros británicos que trabajaban en Bizkaia y que, hasta 1911, contó con jugadores ingleses en sus filas. El cambio irreversible de indumentaria llegó a la sucursal madrileña del Athletic un año más tarde.