Treinta mil muertos. Treinta y nueve mil. Cuando usted lea esto, el balance de víctimas del terremoto de Turquía seguramente será mucho más alto ya, quizás llegue finalmente a cien mil. La catástrofe del siglo, dicen en Turquía, y lo es, sin duda. Ha destrozado no solo la vida de muchas decenas de miles de personas y los sueños y aspiraciones de otros cientos de miles, sino también todos los pronósticos sobre el futuro del país.